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Cirugía con robot

da Vinci

CIRUGÍA ROBÓTICA DA VINCI

El robot da Vinci es la evolución más perfeccionada hasta el momento para la cirugía urológica.

El robot consta de una plataforma de brazos robóticos a los cuales se acoplan la cámara y el instrumental quirúrgico y que es la que contacta directamente con el paciente mediante un abordaje laparoscópico. Estos brazos son manejados por el cirujano desde una consola de gran ergonomía que se ubica fuera del campo quirúrgico.

A las ventajas propias de la laparoscopia 3D (menor invasividad, menor sangrado, menor dolor postoperatorio, mejor visión) el robot da Vinci añade una precisión mucho mayor y una movilidad imposible para la mano humana, pues los instrumentos están articulados de tal manera que permiten 7 grados de libertad y en un espacio muy reducido. Además se elimina el temblor. Esto se traduce en mayor delicadeza y perfección en la cirugía y, por lo tanto, mejores resultados en las técnicas que requieren respetar tejidos y estructuras pequeñas o frágiles.

Cualquier intervención de laparoscopia urológica puede realizarse con apoyo en robot da Vinci, aunque la ventaja más evidente se encuentra en la prostatectomía radical por cáncer de próstata. También es útil en la pieloplastia, en la cistectomía radical por cáncer de vejiga y en la nefrectomía parcial por cáncer de riñón.

PROSTATECTOMÍA RADICAL CON ROBOT DA VINCI

La prostatectomía radical es el tratamiento de referencia para el cáncer de próstata localizado. La intención es curar la enfermedad extirpando la próstata completa con las vesículas seminales y, en los casos indicados, los ganglios linfáticos.

La próstata es una glándula situada entre la uretra y la vejiga que contacta íntimamente con los esfínteres urinarios, encargados de la continencia, y con las bandeletas neurovasculares, que tienen funciones en la erección y también en la continencia. La técnica tiene como primer objetivo curar la enfermedad, y después, en orden de prioridad, mantener la continencia y la erección, y hacerlo lo más precozmente posible.

El robot da Vinci es la mejor herramienta de la que disponemos para realizar esta intervención, pues la elevada precisión y la movilidad de los instrumentos permiten extraer la próstata y las vesículas seminales con un trauma mínimo sobre las bandeletas neurovasculares y los esfínteres.

Los resultados que hemos obtenido hasta el momento se resumen así:

– Control de la enfermedad en un 90% de los casos, como en otras técnicas.

– La continencia se conserva en torno al 95% de los casos, igual que con laparoscopia 3D, y la mayor parte de las veces de manera precoz desde la retirada de la sonda.

– La preservación de la erección depende en gran medida de la edad y de la función previa, pero también del respeto de las estructuras responsables de la misma; por ello, el porcentaje de pacientes que tiene erección, con o sin medicación, después de la cirugía, es mayor (de 55 a 60% de pacientes con erección suficiente) en los que se han operado con robot da Vinci que en los que lo han hecho con cualquier otra técnica.

El procedimiento se lleva a cabo con anestesia general y tiene un postoperatorio en hospital de unas 48 horas, tras las cuales el paciente es dado de alta con una sonda vesical que debe mantener 7-10 días.

El seguimiento del cáncer de próstata tras la intervención se realiza mediante determinaciones periódicas de PSA. Si se mantiene en los niveles adecuados, se considera enfermedad controlada y no precisa más tratamientos.

prostatectomía