Cirugía endourológica de cálculos de riñón, uréter y vejiga
Es una técnica para tratar las litiasis vesicales.
Consiste en introducir en la vejiga un endoscopio para localizar el cálculo, evaluar en ocasiones la causa y revisar la vejiga para descartar la existencia de otras patologías. Una vez hecho esto, se aplica energía con una fibra láser sobre la litiasis hasta obtener fragmentos que puedan ser extraídos o bien eliminados con la orina de manera natural.
El procedimiento requiere anestesia, habitualmente de la cintura para abajo, y tras el mismo se mantendrá una sonda vesical durante unas horas.
El ingreso es inferior a 24 horas, por lo que se trata de una intervención ambulatoria.
El catéter doble J es un tubo diseñado para introducirlo por dentro del uréter y comunicar el riñón con la vejiga.
Tiene diferentes utilidades:
– Desobstrucción: es la más frecuente; se emplea con este fin en el cólico renal que no responde a tratamiento o en las infecciones renales con obstrucción, de manera urgente; en obstrucciones crónicas puede hacerse de manera programada.
– Tutor o drenaje ureteral postoperatorio: para evitar nuevas estenosis en cirugía ureteral y para favorecer la curación de la vía y la eliminación de los fragmentos de litiasis en las cirugías endourológicas.
– Identificación del uréter en cirugías complejas.
El procedimiento para colocar el doble J es sencillo y se emplea para ello un cistoscopio. Habitualmente se realiza bajo anestesia y suele ser ambulatorio.
Algunos pacientes presentan síntomas similares a los de una cistitis durante los primeros días o semanas de portar un doble J. Estos síntomas, debidos a irritación vesical, suelen remitir y pueden aliviarse con tratamiento médico.
Para la retirada del catéter se usa también un cistoscopio, pero suele hacerse con anestesia local.
Consiste en el abordaje del riñón de manera endoscópica desde el uréter, con finalidad diagnóstica o, la mayor parte de las veces, terapéutica. La indicación principal es el tratamiento de cálculos renales de tamaño pequeño-mediano, únicos o múltiples.
La técnica se inicia con la colocación desde la uretra hasta el riñón de un tubo llamado vaina ureteral. A través de este tubo se introduce un endoscopio flexible que permite acceder, ver y tratar cualquier zona de la vía urinaria intrarrenal. Para fragmentar se aplica energía láser sobre las litiasis hasta pulverizarlas; algunos restos se extraen y otros se expulsan de manera natural. Es necesario en muchos casos dejar un catéter interno doble J comunicando el riñón con la vejiga, que deberá ser retirado al cabo de unos días.
El procedimiento precisa anestesia general y puede realizarse en régimen ambulatorio.
Esta técnica consiste en realizar un abordaje endoscópico del uréter. La mayor parte de las ureteroscopias se realiza para tratar piedras, cálculos, en el uréter, en muchas ocasiones de manera urgente para resolver un cólico renal; en otros casos la finalidad es diagnóstica.
Es un procedimiento mínimamente invasivo, seguro, de muy alta eficacia para tratar cálculos bajos, relativamente próximos a la vejiga. Requiere una anestesia general y en muchos casos la colocación de un catéter doble J que deberá ser retirado unos días más tarde. El postoperatorio es corto, habitualmente menos de 24 horas, por lo que la ureteroscopia puede realizarse en régimen ambulatorio.
Es una alternativa de alta eficacia a la nefrolitotomía percutánea (NLP) para el tratamiento de cálculos de menor tamaño.
Se realiza el mismo abordaje, a la vez percutáneo y endoscópico, para dominar toda la vía urinaria, y el acceso se realiza, de igual manera que la NLP, mediante una punción renal con apoyo radiológico y ecográfico.
También precisa anestesia general y portar un catéter doble J durante unas semanas en la mayor parte de los casos. La diferencia radica en que para la mini-NLP se emplean materiales miniaturizados, con lo cual la invasividad y el sangrado son menores y el ingreso habitualmente más corto. La eficacia, para los casos bien indicados, es alta, con buenas tasas de resolución completa (stone-free).
Es una técnica para tratar cálculos renales de gran tamaño. El abordaje que empleamos en nuestro grupo, a la vez percutáneo y endoscópico, permite acceder y tratar a la totalidad de la vía urinaria de cada lado en el mismo momento (endoscopic combined intrarenal surgery-ECIRS).
El procedimiento consiste en realizar, con apoyo radiológico y ecográfico, una punción renal que permita colocar un tubo desde la piel del flanco hasta el interior del riñón; a través de este acceso, con un endoscopio y diversas fuentes de energía según el caso (neumáticas, láser…) se fragmenta el cálculo y se extraen los fragmentos; finalmente se coloca un catéter doble J, interno, del riñón a la vejiga, una sonda vesical y en raras ocasiones un catéter en el trayecto de trabajo (nefrostomía).
Precisa de una anestesia general e ingreso de unas 48 horas, con alta sin sonda . El catéter doble J debe retirarse a las 2-3 semanas. El objetivo de la intervención es eliminar por completo la piedra (stone-free), lo cual se consigue en un alto porcentaje de los casos.
Patologías asociadas